viernes, 27 de agosto de 2010

La Memoria y la Conciencia Histórica

  No sólo el simpático Gremio de historiadores o de científicos sociales mexicanos, se han visto ultimamente en necesidad de expulsar de sus labios este concepto: "Memoria Histórica", -el cual en un acercamiento bastante simplista se refiere a la capacidad  de un individuo de repensar su pasado, no sólo individual sino también a nivel socio/cultural- sino que también debido al gran entusiasmo que a despertado la proximidad de fechas importantes para la "historia patria"; políticos, comunicadores, empresarios, entre muchos otros se han dado a la tarea de presentar y discutir este termino (muchas veces no de la manera más afortunada, basta con recordar las desafortunadas palabras del titular de la SEP Alonso Lujambio) y con ello a surgido un constante bombardeo a la ciudadanía  a través de los medios de comunicación masiva. Ahora bien, se pensaría que un historiador debería mostrarse conforme con este increíble cúmulo de interés que se ha demostrado con todos los proyectos, programas y publicaciones dedicados a la noble Clío (¿Qué humilde trabajador no levanta la cola, al simple reconocimiento de su trabajo?), pues desde mi punto de vista ha sido una noble labor; pero desafortunadamente incompleta...sí se a logrado interesar a todo un pueblo sobre su historia, pero  desde una perspectiva bastante distinta a la que un noble servidor cree debería ser la adecuada: Es una idea común pensar en la historia como memoria, que conocer el pasado es averiguar que paso a partir de recuerdos, por lo que se a asociado (gracias a la forma insulsa en que la educación pública a considerado a esta disciplina) que el historiar es simplemente ubicar cronológica y geográficamente, nombres de personas, lugares y fechas. Esta concepción de la historia que antes que yo el filósofo historiador Collingwood había nombrado como de "tijeras y engrudo", es la que baña  la mayoría de los proyectos emanados del Estado y Empresas particulares (sólo recordemos publicaciones o programas donde solamente te ofrecen simples acontecimientos u relatos bastante anecdóticos de nuestro pasado... sobre dudas puedo proporcionarles bastante información), incluso de uno que otro historiador cómodo desde su posición burocrática.
Pero lo antes mencionado no es para nada el sentido de la historia, desde mi punto de vista, la historia no se relaciona en nada con la memoria, sino con el entendimiento y la conciencia. Esta disciplina no es solamente descriptiva, al contrario debe levantar en el individuo capacidades interpretativas y de construcción. Como el mejor maestro de mi carrera menciono una vez: "No se trata de recordar cosas sucedidas en el pasado. Se trata de encontrarle sentido a esas cosas que sucedieron" por lo que podemos deducir que lo que el hombre o mejor dicho, lo que el mexicano debería buscar en su historia es el sentido de su existencia o dicho de manera menos romantica una forma de darle sentido a lo que ha sucedido (Bloch lo menciona antes, no podemos jactarnos de conocer nuestro presente sin tener plena conciencia del  proceso que nos a llevado a el, surgido del pasado). Nuestra existencia como grupo social, como cultura, se la debemos a nuestros antepasados a nuestra tribu, a nuestra nación o dicho de otra forma A NUESTRA HISTORIA. El valor de nuestro presente se funda en los actos del pasado. De allí la necesidad de utilizar el pasado para comprender nuestro presente.
Aquí es donde entra la conciencia histórica: el pasado se vuelve importante cuando un grupo de individuos le asigna un valor, de qué nos sirve "celebrar" 200 años de independecia o 100 de revolución, si no somos concientes de los procesos que los fueron construyendo o las transformaciones que estos hitos desencadenaron. Aquí entramos todos los cientificos sociales comprometidos con nuestra labor, no hablo de volvernos educadores de la población, prefiero usar el termino compromiso, debemos comprometernos con nuestra sociedad, sintámonos utiles y parte de ésta; la conciencia histórica individual es absolutamente nula (de qué nos sirve teorizar y construir, sino somos dados a divulgar y a discutir), puesto que al igual que la frase: "la historia la hacen los pueblos" también podríamos agregarle: "la historia adquiere su valor de concientización cuando es pensada, interpretada, y valorada por los pueblos mismos de manera integradora".

Atentamente Juan

lunes, 23 de agosto de 2010

Reseña: "Los Olvidados"

   Para dar inicio al Blog, mi primera entrada va dedicada a esta extraordinaria y polémica película, dirigida por el genio español Luis Buñuel en el año de 1950. En ella podemos observar una excelente y cruda representación del México de mediados del siglo XX, concentrada en el difícil  desenvolvimiento de los infantes en los barrios mas menesterosos de la gran capital. A lo largo de la película el director plasma las grandes incertidumbres que acosaban a la población citadina, como el temor por caminar hacia un futuro incierto, representado en un ciego que anhelaba regresar al pasado; la delincuencia, violencia y la marginación, que son sin duda los hilos conductores en los cuales se mueven los protagonistas  y los cuales son expresados de una manera dramática y objetiva como el propio Buñuel había señalado trataba de plasmar. Por lo que la convierte en una película que sin duda es importante para comparar las visiones que se tenían del desarrollo social del país hasta entonces.
   Ahora bien, Luis Buñuel no renuncia a su enfoque surrealista, a lo largo de la película se observan constantes toques de surrealismo, como la gran afinidad que el protagonista "Pedro" sentía por las gallinas, o la memorable escena donde el "jaibo" le arrebata un pedazo de carne entre sueños, o la constante recurrencia a personajes con problemas físicos, todo esto le da toques de frescura al ya de por si estupendo trama.
   A nivel sonoro, fotográfico, de montaje y actoral no podemos mas que admirar la obra maestra que Buñuel nos ofrece a pesar del bajo presupuesto con el que contó para la realizacion de la película, los escenarios son sumamente desgarradores (Nos muestra una ciudad de México desconocida en el cine de esos tiempos, edificios y casas carcomidas, barrios menesterosos cundidos de sonidos tipicos del desarrollo cotidiano en estos lugares como ferias, pequeños ferias y parques, etc.), la fotografía va de la mano del trama te atrapa en la tristeza del desenvolvimiento de los protagonistas, pues no faltan tomas abiertas y panorámicas de los decadentes barrios donde transcurre la historia, las actuaciones son aceptables, destacando sin duda la de Roberto Cobo en el papel del "Jaibo" un joven que arrastrado por la necesidad y el abandono se ve obligado a delinquir, esto lo menciono ya que en el mismo trama se deja por sentado que la falta de Familia y  recursos hizo que el "Jaibo" se viera en necesidad de buscar formas alternativas de subsistencia, entre la violencia y el amedrentamiento (cómo olvidar la mítica frase: "a mi el que me la hace me la paga").
   Ahora bien sin duda la película no sólo destaca por sus caracteristicas cinematográficas, yo me arriesgaría a proponerla como una imagen que podría ayudar a contextualizar a todos los científicos sociales y estudiantes interesados en el estudio del México del siglo XX, debido a la incesante descripcion que la pelicula hace del contexto citadino y de su población, sobre todo los infantes.
   Entre mi top ten, y ofreciendole cinco estrellas, ésta es una de las películas que sin lugar a dudas tienes que ver antes de morir...